
Esto sucedió cuando tenía yo unos 5 años más o menos, me encontraba en casa de los abuelos en la víspera de la navidad, y recuerdo muy bien que esa mañana mi tía decidió leerme un cuento (desde mas pequeño siempre me ha gustado que me leyeran una historia), me dijo que la historia era sobre una niña y estas fechas, yo que en aquel entonces disfrutaba mucho de la navidad, me puse muy contento y con expectativa subí las escaleras.
al llegar a la biblioteca toma un libro ya muy viejo de uno de los libreros y me dice - sientate!!!!-, yo rápidamente me senté y esperé a que comenzara la historia. me dijo como un preámbulo, que esos eran los cuentos de Hans Christian Andersen y que este era un escritor europeo (Danés!! por cierto) que había sido famoso por sus cuentos de hadas, uno a veces pone poca atención a los detalles y como buen niño grite por que fuera leído el cuento.
LA historia era de una niña que vendía fósforos en las calles de una ciudad, y a pesar de las inclemencias del tiempo ella tenía forzosamente que vender las cajitas de cerillos, sino al llegar a su casa sería reprendida y castigada sin cenar, pero como todo buen 31 de diciembre la gente se encuentra mas preocupada por los detalles de la cena que por poner atención a cualquier otra cosa, y por esta razón a la niña le faltaba una sola caja de cerillos, el frío incrementaba conforme iba callendo la noche y si mal no recuerdo, la niña busca un refugio en un callejón, en eso ella decide encender un cerillo y aparece ante ella una chimenea, luego hace lo mismo y un pavo y posteriormente un hermoso nacimiento, para luego dar paso a la visión de la abuela. No contaré mas detalles por si alguien no conoce el cuento puede leerlo dando click al titulo de esta entrada (que creo es una versión condensada,pero da pauta a buscar otra mejor).
Cuando la historia termina el libro es cerrado por mí tía y yo con la cara un tanto descompuesta, pregunta uno cosas con respecto a la muerte y una que otra estupidez (con la originalidad que un niño de esa edad suele poseer), pero desde ese entonces puedo decir que vi con otros ojos la navidad y el mundo, uno se da cuenta de la inmensidad del planeta, me enseñó a ver mas allá de mis narices y ver que no sólo son regalos y un festín en la mesa, me pude dar cuenta de la otra cara de la moneda, y claro no puedo negar que recuerdo haber sentido mucha tristeza, pero por otro lado agradezco haber vivido ese pasaje.
Por raro que pueda resultarles ese libro lo conservo aún en mi biblioteca, cada año mas viejo y mas gastado que cuando lo abrieron ante mis ojos por primera vez, pero sigue allí, por alguna extraña razón (mística tal vez) ese libro ha sobrevivido a cambios de casas, a robos, a caer en manos de primos que quisieron rayarlo o romperlo, pero sobre todo al tiempo!!!!
otra cosa que puedo rescatar de este recuerdo, es el poder constatar cuanto tiempo puede durar encerrado un conocimiento, una historia, un legado por años, en un libro, ¿cuantos años han de pasar hasta que alguien más tenga el privilegio de leer ese cuento, de darle un sentido como yo se lo dí( por lo menos algo similar)?, ¿En manos de quién caerá cuando ya no me pertenezca más?............. son respuestas que solo el tiempo dirá, pero lo que puedo comentar es que año con año sigo leyendo ese hermoso cuento.
Un saludo y espero sus comentarios a esta entrada!!!