En días anteriores fue estrenado el tan publicitado documental “De panzazo” en el cual el célebre periodista Carlos Loret de Mola se tomó el tiempo para descubrir el “hilo negro”, para dejar al “desnudo”, los “nódulos principales” del fracaso educativo.
En la película podemos ver como se “rompen mitos” con respecto a que la Educación Privada es mejor con respecto de las Escuelas Públicas; también se puede observar las anomalías que ocurren en los planteles educativos, escuelas con deficiencia en su mobiliario, maestros faltistas, alumnos desinteresados, alumnos críticos de un sistema educativo, incluso podemos observar como son entrevistados dos Grandes Actores de la Educación en México.
Respecto de este último punto podemos observar que la Maestra Elba Esther Gordillo, “le vino grande” al afamado periodista, quien en ocasiones quiso tomar el rol del cínico que ejerce el estadounidense Michel Moore en sus documentales.
También podemos observar a un Loret de Mola que pretende cautivar al público con ironías, como si él estuviera del lado de la gente, como si compartiera indignación, habrá olvidado que su Casa Matter produjo hasta hace poco el reconocido programa “Todo el mundo cree que sabe” que incluso era patrocinado por el SNTE.
Por otra parte, como si estuviesen en el programa de concursos antes mencionado, Loret de Mola lanza la pregunta más mordaz y venenosa que contiene su documental: ¿Cuántos maestros tiene la educación en México?, afortunadamente, nuestras autoridades se encuentran trabajando para que podamos obtener la cifra, aunque si lo pensamos bien, no nos sirve de mucho, más que para fantasear con poder aplicar una especie de Panóptico Focultiano para mantener vigilados a los maestros, pero cuál es la utilidad de tenerlos censados si no podremos hacer nada para castigarlos.
Sin mayor pena ni gloria, el documental transcurre con algunos comentarios de Denise Dresser, que pareciera ser la única intelectual con la jerarquía necesaria para poder opinar.
A final de cuentas, nos dan una conclusión que resulta por demás conocida, “El problema de la Educación es un monstruo de mil cabezas”, todos y nadie tienen la culpa, y pues ojalá mañana (o pasado) las cosas cambien, una conclusión mediocre, pero que se encuentra a la altura del documental.
Sin embargo, en ningún momento escuchamos críticas para los que realmente tienen sometida a la educación, no vimos sentencias emitidas contra los padres de familia que no fomentan el conocimiento y la cultura, no vimos críticas a las horas que los niños y jóvenes pasan enajenados en la televisión o la computadora, no podemos observar una crítica seria a los planes de estudio, donde se cuestione que la Educación en México está descafeinada, que se le quitó la sustancia esencial para que no hiciera daño. Por supuesto que estas partes las conocemos también, pero nadie se atreve a enunciarlas, por que a final de cuentas esto es un teatro en el cual todos estamos conformes.
La propuesta es algo que falta en el tan citado documental, resulta paradójico no tener ofrecimiento pero si tenemos anhelos de un mejor mañana, aunque si lo pensamos bien, el largometraje desde el título está condenado a ser una herramienta de marketing y nada más y puesto que al decir “de panzazo”, estamos aceptando que la educación en México está bien, que la libró de nuevo, que se salvó de reprobar, cuando la realidad es que estamos decreciendo en educación, no porque seamos malos leyendo o comprendiendo, el problema radica que estamos en un país donde no se puede, ni se debe cuestionar, eso se aprende desde la cuna, pero se alimenta en las escuelas, entonces el alumno pierde la sustancia activa, la cafeína que lo estimula a conocer, el camino de la duda, y se le vuelve un autómata que sólo sirve para responder a problemas y situaciones comunes.
Tal vez, esos son los puntos que deberíamos cuestionar, no si alguien hace mal o bien su trabajo, o si alguien va o no al recinto académico, o decir que es problema de todos y de nadie. Pero bueno que podemos esperar de un “Alumno” al cual su “Teacher” no lo ha aleccionado lo suficiente.